7 yemas de huevo
2 huevos
Para el almíbar:
350 de azúcar
350 de agua
la piel de un limón
una rama de canela
Para el caramelo:
Para el caramelo:
3 cucharadas de azúcar
1 cucharada de agua
unas gotas de limón
Cuando el comience a tener un color dorado lo retiramos del fuego y se lo echamos a la base del molde que vamos a utilizar para hacer el tocino de cielo.
Movemos el caramelos para que se embadurne todas las paredes del contorno del molde.
El siguiente paso será hacer almíbar; ponemos el azúcar y el agua en una cacerola junto con la piel de limón y la canela a fuego medio, removemos constantemente hasta que adquiera el punto de hebra, para ello el almíbar al derramar sobre el cazo una cuchara con almíbar vemos que cae lentamente y queda como una hebra, para conseguir este punto se tarda unos 15 minutos de cocción.
Retiramos del fuego le extraemos la piel de limón y la canela, y dejamos que se enfríe unos 5 minutos.
Podemos ir batiendo, mientras se enfría un poco el almíbar, las yemas de huevos, junto con los huevos enteros.
A continuación le vamos añadiendo poco a poco el almíbar, mientras continuamos mezclándolo todo bien con la varilla.
Cogemos dos coladores, uno más pequeño que el otro y metemos el más pequeño dentro del más grande y vamos tamizando la mezcla anterior por los coladores, dejando que esta mezcla tamizada caiga sobre el molde que anteriormente caramelizamos (así nos quedara un tocino de cielo con una textura, mucho más fina y sin ningún grumo.
Tapamos el molde, muy bien tapado, con papel de aluminio
Introducimos el molde en otro de mayor tamaño con agua (pues lo vamos a hacer al baño María.
Lo introducimos en el horno previamente calentado y deberá estar unos 45 minutos a 160º
Transcurrido este tiempo abrimos el horno y con una aguja pinchamos y si no nos sale limpia dejamos hacer unos minutos más, pero si nos sale limpia apagamos el horno y dejamos el molde dentro hasta que se nos enfríe el agua (yo lo dejé toda la noche
Al día siguiente lo desmolde en la fuente donde lo iba a presentar en la mesa.
Que maravilla...sin duda es uno de mis postres favoritos, pero curiosamente no lo he hecho nunca...así que me llevo con tu permiso la receta, porque te ha quedado fantástico...
ResponderEliminarUn saludo!
Ana te garantizo que es de las mejores recetas de tocino de cielo que he hecho, además lleva menos huevos que otras.
EliminarUn saludo
uhhhh se me acaba de hacer la boca agua!
ResponderEliminarmmmmm
Y eso sin llegar a probarlos jejejeje
Eliminara mi marido le encanta....tomare nota....bessoss
ResponderEliminarPues con esta receta le vas a sorprender muy gratamente.
EliminarBesos
Ummm que rico ese tocinito- de cielo!! Yo lo hice hace tiempo, que rico<3 te salido,de rechupete.......
ResponderEliminarSi muy rico demasiado rico diría yo...pues voló!!
EliminarBabeoo, qué delicia, sí al cielo subo.
ResponderEliminarUn beso.
Si te lo garantizo Irmina!! jajaja
EliminarUn beso
Yo nunca me atreví ha hacer tocinillo.
ResponderEliminarQué bueno¡¡¡¡
Pues ahora lo tienes fácil con esta receta,
EliminarSaludos
Ana!! por Dios!! que cosa más rica!! Es que casi lo puedo saborear, te aseguro que el primer postre que haga va a ser éste, tenía muchas ganas de hacerlo y nunca lo he hecho y con tu receta lo encuentro fácil y más ligero que otros, en mi casa gusta mucho, pero siempre lo he comprado fuera, así que me voy a estrenar con tu receta que seguro que triunfo.
ResponderEliminarMuchos Besos
El nombre lo dice todo y la presentación ... que postre mas exquisito Ana !! ami me encanta ¡¡ besitos
ResponderEliminarEs uno de esos postres que me da respeto, pero que estoy deseando preparar, a ver si me animo con tu receta. Bss.
ResponderEliminarMe encantan los platos con historia y además el tocino de cielo es exactamente lo que dice su nombre, un auténtico manjar!
ResponderEliminarUn saludo ;)
De las bandejas de mini pastelitos es mi preferido, tiene una pinta riquisima, me quedo para seguirte! http://elenaysurecetario.blogspot.com.es
ResponderEliminarEste postre siempre ha sido una de nuestras debilidades. ¡Gracias por compartirlo, Ana! Como siempre, una receta magnífica
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